Blair dice que ya habría dimitido si fuera cierto que exageró el informe de Irak

El primer ministro británico, Tony Blair, asumió ayer la responsabilidad política en el escándalo que desembocó en la muerte del científico David Kelly, experto del Ministerio de Defensa. El caso había arrancado con una acusación al Gobierno de Blair de la cadena pública BBC por haber manipulado el informe sobre el arsenal de Irak. En su comparecencia ante el juez, Blair defendió con firmeza sus decisiones: "La acusación de la BBC, de ser cierta, hubiera merecido mi dimisión". Blair se convierte así en el segundo gobernante británico en declarar ante un juez tras el precedente de John Major en 1994. El polémico informe, insistió el primer ministro, "no fue la razón inmediata para entablar el conflicto, sino una respuesta a la petición de divulgar datos de inteligencia".