El nuevo fiscal jefe del Tribunal Superior promete "diálogo y cooperación"

El nuevo fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Manuel Moix Blázquez, tomó ayer posesión de su cargo en un acto al que asistieron el fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, y el secretario de Estado del Ministerio de Justicia, Rafael Catalá.

Moix se limitó a decir que desde su nuevo puesto ofrecerá "diálogo y cooperación para todos y con todos", y utilizó sus "primeras palabras" para "agradecer" su nombramiento "a todos los que han confiado" en su persona para el puesto de fiscal jefe de Madrid.

Moix, que hace años trabajó en la sección de la Sala de lo Contencioso que la fiscalía posee en el Tribunal Superior de Madrid, juró el cargo en un acto solemne que encabezó el presidente del alto tribunal madrileño, el magistrado Javier María Casas, y en el que también estuvieron presentes el vicepresidente en funciones de la Comunidad, Carlos Mayor Oreja; el juez decano de Madrid, José Luis González Armengol, y el director general de Justicia de la Comunidad, José Luis López del Moral.

Apadrinado por Fernando Herrero Tejedor, ex fiscal jefe de la Secretaría General Técnica y actual fiscal de la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo, Moix eludió avanzar en su discurso de investidura las líneas que marcarán su gestión en los próximos cinco años.

Moix asume la jefatura de la mayor fiscalía de España, con 180 fiscales. Dos retos fundamentales se presentan durante su mandato: luchar por la reducción de la delincuencia en la región, que se ha disparado en los últimos años y que a estas alturas de 2003 registra casi tantos asesinatos como los habidos a lo largo del año pasado, y potenciar los llamados juicios rápidos, que en Madrid están obteniendo unos pobres resultados desde que se implantaron el pasado 28 de abril.