La policía busca la pistola del 'asesino del naipe' en el vertedero de Puertollano

El hombre que se ha confesado autor de los crímenes del naipe, Alfredo Galán Sotillo, de 26 años, mantuvo ayer durante los interrogatorios en la comisaría de Puertollano (Ciudad Real) que fue él quien asesinó a seis personas en Madrid. Para dar fe, facilitó detalles muy concretos de los hechos, que han convencido a los investigadores de que dice la verdad aunque aún no hay pruebas e incurrió en contradicciones. Los agentes buscan en un vertedero de la localidad una pistola Tokarev del calibre 7,62, que Galán dijo haberse traído de Bosnia y que arrojó a un contenedor tras el último asesinato.

Galán se presentó en la comisaría de Puertollano sobre las 19.30 del jueves acompañado de su hermano, ambos algo ebrios. Nada más entrar se declaró el asesino del naipe y ofreció a los incrédulos policías datos de los crímenes poco conocidos. Por ejemplo, que marcaba con un bolígrafo azul el envés de las cartas del palo de copas con las que firmaba sus crímenes. Galán mantuvo una actitud dialogante y colaboradora hasta las dos de la madrugada, cuando se cerró en banda y empezó a decir a los investigadores que estaba harto de ellos y de su ineptitud e ineficacia, según fuentes del caso.

Tras estas primeras declaraciones se desplazaron a Puertollano agentes de los grupos de Homicidios de la policía y la Guardia Civil de Madrid. Éstos comenzaron a interrogarle y poco a poco tomó cuerpo que Galán era el asesino más buscado de España. Por la mañana saltó un dato determinante: confesó que había tirado el arma, una pistola Tokarev de fabricación rusa, en un contenedor de basuras en la calle de los Calveros de Puertollano, hacía unos dos meses. La pistola supuestamente la había comprado en Bosnia, durante una de las dos misiones humanitarias españolas en las que participó, y la habría traído a España dentro de una televisión. Los agentes se desplazaron hasta el vertedero municipal, sito en la carretera que conduce a Almodóvar del Campo para buscarla, pero al ver las ingentes toneladas de basura acumulada, aplazaron la búsqueda.

Galán comenzó entonces a desafiar a los investigadores, una actitud propia de un psicópata y de un asesino en serie, según los expertos. Aseguró que tenía un archivo con todos los recortes de prensa de los diferentes crímenes que supuestamente cometió entre el 24 de enero y el 18 de marzo de este año. Vestido con una camiseta amarilla y pantalón beige corto, durante su declaración llegó a confundir algunos de los datos de los homicidios y falló varias veces en la ubicación de los lugares de los crímenes. Esto desesperó a los agentes, pero el hecho de que ofreciera otros detalles muy precisos los convenció.

La juez de guardia autorizó los registros del domicilio familiar, sito en el número 6 de la calle de Encomienda de Puertollano y en los domicilios que tenía en Madrid y en una localidad cercana a Alcalá de Henares. En el primero hallaron "algunas balas" que están siendo analizadas, mientras el último registro se estaba efectuando en la noche de ayer. El joven ya ha sido trasladado a Madrid.

Fuentes de la investigación explicaron que el detenido trabajó como vigilante de seguridad en el aeropuerto de Barajas, donde trabajaba también la segunda víctima: el empleado de limpieza Juan Carlos Martín Estacio, de 28 años, asesinado de un tiro en la cabeza el 5 de febrero en la plaza del Mar, de Madrid. Los agentes buscan desesperadamente pruebas porque la mera inculpación no sirve para atribuirle los crímenes.