Taxis y Stones
Fui con unos amigos extranjeros al concierto de los Stones en el estadio olímpico el domingo pasado y al salir quisimos tomar un taxi. Cuál no sería mi sorpresa al observar que al que nos acercamos nos preguntó adónde íbamos y nos propuso un precio, desmesurado, para el trayecto. Le dije que no estaba de acuerdo y que le pagaríamos lo que marcara el taxímetro y nada más. Y entonces se marchó a por, supongo, víctimas más fáciles. Deploro que mi ciudad, tan volcada al turismo, ofrezca esta fea impresión tercermundista a los visitantes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.