Villalonga achaca su dimisión a "presiones del Gobierno"

El Consejo de Administración de Telefónica aceptó ayer la dimisión de Juan Villalonga como presidente de la operadora y nombró a César Alierta como sustituto. Villalonga, que fue designado para el cargo por el Ejecutivo del PP en junio de 1996, aseguró ayer a los sindicatos UGT y CC OO que ha dimitido porque se siente "enormemente presionado por el Gobierno". El portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, se desmarcó de esta idea y reiteró que el Ejecutivo no interviene en las decisiones de las empresas privadas.

La sustitución al frente de la primera empresa española termina con una larga crisis abierta por el deterioro de las relaciones de Villalonga con el Gobierno y con el núcleo estable de accionistas (BBVA y La Caixa) a partir del escándalo de las opciones sobre acciones a finales de 1999, el veto a la fusión con la holandesa KPN y la investigación abierta por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) al ya ex presidente de la operadora. Villalonga, aislado en su despacho en los últimos días, ofreció ayer a los representantes de UGT y CCOO su propia versión de lo ocurrido. "Se siente enormemente presionado por el Gobierno y, ante la imposibilidad de sacar adelante determinados proyectos, al verse vetado continuamente, ha decidido dimitir", relató el representante de UGT tras el encuentro. El portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, negó que el Ejecutivo haya tenido nada que ver y reiteró que se trata de una empresa privada. El BBVA salió al paso afirmando que ha aceptado la dimisión de Villalonga por los "desacuerdos estratégicos y en la gestión" entre el ex presidente y su consejo. La Caixa señaló que "se trata de una cuestión personal" de Villalonga. Alierta, que presidía hasta ayer la sociedad Altadis, será sustituido por Pedro Isla, actual secretario general del Banco Popular.