Un cine expresivo

Cántabro de 1942, Manuel Gutiérrez Aragón estudió Filosofía y Letras al tiempo que cursaba dirección cinematográfica en la madrileña Escuela Oficial de Cinematografía. Producido por Elías Querejeta, dirigió su primer largometraje en 1973, Habla, mudita, en el que planteó una parábola sobre la utilización del lenguaje, y que le valió el Oso de Plata en el Festival de Berlín, premio que de nuevo logró en 1977 con Camada negra, "la historia de un niño que se hace fascista para superar el desprecio de los demás". Antes de dirigir Sonámbulos (1978), Concha de Plata en el Festival de San Sebastián, fue coautor de los guiones de Furtivos, de Borau, y Las largas vacaciones del 36, de Camino, con quien volvió a colaborar en El largo invierno. Otros guiones en los que ha participado han sido La noche más larga, de García Sánchez, o Cuernos de mujer, de Urbizu.

Con producción y coautoría en los guiones de Luis Megino, Gutiérrez Aragón realizó luego las que se consideran sus películas emblemáticas: El corazón del bosque (1979), Maravillas (1980), Demonios en el jardín (1982), La noche más hermosa (1984) o La mitad del cielo (1986), ganadora esta última de la Concha de Oro de San Sebastián. Definiendo su propio estilo, el director confiesa "aspirar a que mis películas comuniquen con el público", pero interesándose al tiempo por "la experiencia formal, el atrevimiento estético y narrativo", una profundización en el lenguaje "que hace muchas veces que el cine se haga más expresivo que comunicativo".

Además de su trayectoria personal en el cine español (Malaventura, El rey del río, Cosas que dejé en La Habana, Visionarios ...), ha dirigido teatro (El proceso, de Kafka, en 1979), y estrenado su propia obra como autor teatral, Morirás de otra manera (1982), mientras que para televisión ha dirigido las dos partes de El Quijote. En 1993 fue nombrado presidente de la Sociedad General de Autores. Actualmente preside la Fundación Autor.