Los pacifistas no tienen intención de abandonar las acampadas

Saben que tarde o temprano les tocará marcharse, pero de momento no piensan hacerlo. Los integrantes de los campamentos de protesta contra la guerra en la plaza de Francesc Macià y el Pla del Palau de Barcelona, que suman un centenar de tiendas, expresaron ayer su intención de continuar acampados, pese a que el martes el Ayuntamiento desalojó a los jóvenes que permanecían instalados en la plaza de Sant Jaume y que el alcalde, Joan Clos, anunció que los campamentos "tendrán que ser levantados en los próximos días".

Los participantes en la protesta del Pla del Palau desmintieron además que el Ayuntamiento se haya puesto en contacto con ellos para hablar de su futuro, como afirmaron días atrás los responsables municipales. Pau Ors, portavoz del campamento, explicó ayer que continuarán con las actividades previstas: charlas, talleres, asambleas, etc. "Haya o no desalojo, no queremos ser noticia por éste, sino por todo lo que hemos hecho durante 25 días", afirmo, y añadió que como pacifistas son partidarios "de dialogar".

Incertidumbre

"Esta situación provoca mucha incertidumbre a la hora de organizar el calendario de actividades", explicaba ayer Toni Romero desde el césped de Francesc Macià. En esta acampada, los jóvenes han organizado turnos de guardia por las noches y cuentan que si llega la policía su actitud será de "resistencia pacífica".

En el Pla del Palau, frente a la Delegación del Gobierno, las primeras tiendas se plantaron el mismo día que comenzaron los bombardeos sobre Irak. Al día siguiente aparecieron más tiendas en Francesc Macià, a pocos metros de la sede del PP, que por aquel entonces era uno de los puntos de manifestación más concurridos. Desde el primer día, los acampados, en su mayoría jóvenes, han mostrado su intención de no moverse hasta que termine la guerra, y ahora, pese a la toma de Bagdad por las tropas anglonorteamericanas, consideran que la protesta tiene sentido en recuerdo de las víctimas iraquíes.