Militante del PP
A mis treinta y tantos he descubierto que sigo siendo una soñadora, una mujer que ha vivido para la tolerancia, el respeto, la justicia y la solidaridad, independientemente de que fuese o no contra corriente. Jamás he vendido a nadie y ahora puedo afirmar que tampoco lo haría. Me afilié al PP hace muchos años con el corazón y una gran dosis de ilusión para poder colaborar con pequeños granitos de arena con un proyecto que me sigue pareciendo positivo para los habitantes de esta comunidad. He luchado por conseguir esa merecida igualdad de oportunidades, para crear mecanismos y leyes que respalden a los colectivos más desfavorecidos, para que exista libertad y trabajar codo con codo sin empujones ni puñaladas.
Tengo amigos de distintas ideologías y me congratulo de haber sido capaz de aprender de ellos, de compartir criterios, de aceptar sus críticas constructivas. No he sido partidaria nunca de ningún dictador. sin embargo, últimamente van gritando por ahí que soy una asesina; proclaman a los cuatro vientos que adoro la guerra. Sus agresiones verbales, sus actos vandálicos al principio me asustaban, ahora me causan pena. Ellos no saben quién soy, me condenan sin escuchar, porque desconocen que el amor es lo único que me importa, el único elixir que me ayuda a seguir impasible con las mismas convicciones, con la frente muy alta.
Mi marido es árabe, hemos convivido durante 17 años, tenemos una hija de dos años a la que le voy a enseñar a perdonar, a borrar el odio de sus entrañas, a no ser oportunista, a sentirse orgullosa de ser una buena persona, a militar en el partido que quiera, sin miedos ni fanatismos.
A todos mis compañeros de partido quiero decirles que si tienen la conciencia tranquila, como yo la tengo, sean capaces de concentrar sus fuerzas en seguir adelante para que nuestra comunidad siga creciendo, para que aquellos que apostaron por nosotros no se sientan decepcionados, para que aprendamos de los errores y de los aciertos. Un abrazo muy especial para todos aquellos que militan en otras formaciones, pero que trabajan en cuerpo y alma en pro de un ideal sin descalificar a nadie y con los ojos puestos en el bienestar de todos.
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