Córcega votará en referéndum unir la isla en una sola entidad política

El Gobierno francés prevé la convocatoria de un referéndum en Córcega para julio, en el que se consulte a los isleños si están a favor o en contra de una "colectividad única desconcentrada", que reúna en una sola entidad política el poder actualmente dividido entre la Asamblea corsa y los consejos generales de los dos departamentos en los que está organizada la isla, equivalentes a las provincias en la división administrativa y política española.

Córcega resulta azotada por frecuentes atentados, que son mucho menos mortíferos que los de ETA, pero muy persistentes contra bienes materiales y símbolos del poder francés. La isla mediterránea, de unos 260.000 habitantes, ya ha tenido tres estatutos en 21 años sin que ninguno haya acabado con la violencia ni vencido tampoco la resistencia férrea del jacobinismo francés a aceptar "particularismos".

Para dar el paso de organizar esta consulta ha sido preciso revisar antes la Constitución francesa. Una modificación adoptada el 17 de marzo ha permitido ampliar al ámbito regional la capacidad de organizar referendos, hasta ahora circunscritos al ámbito nacional o municipal.

El fortalecimiento de las regiones es el objetivo de la "descentralización de la República" impulsada por el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, quien pretende hacer más potentes las que ya existen por medio de agrupaciones o colaboraciones entre varias de ellas. Éste es el argumento usado para impedir la creación de una región vasca en Francia, que exigiría escindir el departamento de los Pirineos Atlánticos, del que forman parte los territorios vasco-franceses, y para favorecer, en cambio, la agrupación de los dos departamentos de Córcega en una sola región.

Raffarin y el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, tienen previsto desplazarse a Córcega el lunes para concretar los detalles del nuevo Estatuto. La propia clase política corsa aparece dividida. No obstante, José Rossi, presidente de la actual Asamblea territorial de Córcega, atribuye a la iniciativa "un papel precursor en la emergencia de un verdadero poder regional en Francia".