Alicante evoca con un aluvión de actos la muerte de Miguel Hernández

Un sinfín de actos se sucedieron ayer en Alicante con motivo del 61 aniversario de la muerte de Miguel Hernández. En esta ocasión, a la tradicional Senda del poeta en la que participan un millar de jóvenes que recorren varias localides de la Vega Baja vinculadas con la vida del poeta de Orihuela, se sumaron ayer un grupo de escolares de los centros Mora Puchol y Benacantil de Alicante. Éstos, bajo la tutela de las alumnas del ciclo formativo de técnicos en animación sociocultural del Figueras Pacheco, estuvieron toda la mañana pintando, cantando y leyendo poemas.

Por la mañana, los niños acudieron a la sede de la Universidad de Alicante, en Canalejas, donde elaboraron murales relativos a la figura y obra del poeta. Al mediodía, se trasladaron hasta la antigua cárcel de Alicante, donde ahora se levantan los juzgados de Benalúa, para junto al rector de la Universidad, Salvador Ordóñez, el presidente de la Audiencia de Alicante, Vicente Magro y el presidente del Consell d'Alumnes, Luis Marco, leer unos versos del poeta. "En estos tiempos en los que la muerte cabalga de nuevo es un buen momento para que los hijos de la Constitución conozcan la fuerza poética de Miguel Hernández", dijo el rector. Un niño y una niña de 9 años leyeron, para acabar, unos poemas. Entre ellos destacó la lectura de "Tristes guerras si no es amor la empresa. Tristes, tristes. Tristes armas si no son palabras". Con una ofrenda floral en el monumento a Miguel Hernández concluyó el acto.

El Teatro Principal de Alicante acoge este fin de semana la representación de la obra Miguel Hernández, de Julio Salvalatierra, que recorre la vida del poeta desde su adolescencia, su amistad con Neruda, Ramón Sijé y sus amores, hasta su muerte en el Penal de Alicante en 1942.