Firma contra la guerra

Leo en EL PAÍS del sábado 8 de marzo, comprado en Madrid, en una noticia relacionada con la recogida de firmas llevada a cabo en la Puerta del Sol en contra de la guerra, que dicha recogida de firmas, que en un principio se iba a terminar ese mismo sábado, se prolonga hasta el lunes 10 de marzo, animando a la gente contraria a que España participe en la "guerrita de Bush" a seguir acudiendo a sus ayuntamientos , si no lo ha hecho ya, a fin de dejar constancia firmada de sus opiniones. Con tal propósito me acerco yo esta mañana de lunes 10 de marzo al ayuntamiento del pueblo más cercano a mi vivienda, concretamente el de L'Eliana, en la Comunidad Valenciana. Firmar, lo que es firmar, firmé, pero me costó convencer a la señorita encargada de ello de que me dejará hacerlo. Primero me dijo , con voz firme y enérgica, que aquello se había terminado ya el pasado sabado. "Ya", contesté yo, "pero es que leí en EL PAÍS que había una prorroga...". "No sé... nosotros ya hemos entregado las hojas el sábado pasado...". "Bueno, pues llamaré a EL PAÍS para informarles de ello...". "No mire", y me saca unas hojas que tenía guardadas en un cajón, "si aquí tengo unas cuantas...". Puedo ver por encima que una de ellas está ya prácticamente llena. "Pero claro, no le puedo garantizar que se vayan a poder entregar...". "Entonces ¿Para qué quiere Ud., que firme yo unas hojas que se van a ir a la papelera, creo que lo mejor será que vuelva a llamar...". "No mire, si quiere puede llevarse esta hoja , recoge todas las firmas que pueda y tiene hasta esta tarde para poder entregármela...". "Entonces, Uds. las van a entregar ¿o no?". "Lo vamos a intentar", contestó malhumorada Firmé y salí , perpleja. Me asalta una duda ¿Se habrá encargado alguien de vigilar que efectivamente todas las firmas recogidas en los ayuntamientos hayan sido entregadas? De no ser así, mucho me temo que la mía no habrá servido absolutamente de nada.