Océanos en conserva

EL ÉXITO CONSEGUIDO antes de su inauguración oficial por L'Oceanogràfic, el gigantesco acuario de Valencia, recuerda el interés que despiertan estos museos oceanográficos que nos meten de cabeza (y de cuerpo) en lo más profundo del mar.

Son auténticos océanos en conserva que, como el valenciano, permiten casi convivir con los peces. En algunos incluso en versión para Internet. El de Valencia ya está accesible a través de la página de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en la que es posible contemplar algunos de sus protagonistas acuáticos y también leer noticias.

También el Aquarium de Barcelona dispone de sitio propio sonoro, con visita virtual en vídeo y una sección para los niños. Mientras que el Zoo-Aquarium de Madrid muestra en red varias de sus especies.

Otras instalaciones parecidas de España han montado páginas más sencillas. Como sucede con los de Finisterre o Punta Moreiras (éste a través de un sitio más dinámico), en Galicia.

En la Red estadounidense las cosas son diferentes. Tanto que resulta fácil perderse entre las instituciones acuáticas distribuidas por el país. Existe, eso sí, una American Zoo and Aquarium Association con su propia página.

En aquel país han montado sitios como el del Monterrey Bay Aquarium, desde el que cinco webcams en directo ponen en pantalla lo que hacen sus peces.

El clásico de Nueva York está disponible dentro de la dirección en red de la Wildlife Conservation Society. Y el de Florida enseña sus diferentes hábitats a través de imágenes.

Al otro lado del planeta, ha creado una buena página el de Melbourne, sobre todo si se elige la visita animada de su versión en Flash. Mientras que Sydney presume de una de las mejores instalaciones del mundo.

También tiene una presentación atractiva el Grand Aquarium de St. Malo, en Francia, con formato de exploración desde un submarino de visión panorámica.

Sin olvidar, los de Londres (con webcam) y Berlín, en este caso con galería de imágenes y comentarios en alemán.