El lujo asiático a sus pies

Dos casas; tres coches, uno de ellos todoterreno; diez billetes de avión al año entre China y España, un mayordomo y una cocinera a su servicio y un contrato de 450.000 euros anuales. Ésa es la tentadora oferta que el equipo chino Dalian Shide, actual campeón de la Liga, realizó hace alrededor de un mes a Antonio Calle, delantero centro del Xerez.

El joven futbolista, nacido hace 24 años en Madrid y formado en las canteras del Villarreal y el Atlético, aún sigue tan sorprendido como cuando le llegó la propuesta a través de un intermediario español con contactos profesionales en el lejano Oriente. "Fue una sorpresa. Aquí ningún equipo podría ofrecerme tanto. Sería un buen contrato. Algo muy bueno para mí y para mi familia. También, una aventura por su manera tan diferente de vivir y la cultura tan distinta que tienen", afirma Calle.

El salto, de aceptar la oferta, sería colosal no sólo por la distancia geográfica. Hace sólo cinco años, el delantero compatibilizaba su dedicación al fútbol en equipos de Segunda B con un trabajo duro, en el que cargaba piezas de ascensor y que le dejó secuelas en la espalda que le asaltan cuando coge una mala postura.

La primera oportunidad le llegó hace un año, cuando el Xerez le sacó del Talavera mediada la temporada. Metió dos goles en la recta final de la pasada Liga y en lo que va de ésta aprovechó sus oportunidades como para meter seis goles, hacerse con un puesto entre los habituales de Bernd Schuster, el técnico; figurar durante algunas jornadas como pichichi de la categoría y llamar la atención en China.

El club que le pretende, el Dalian Shide, ha ganado siete de los últimos nueve campeonatos nacionales. Ubicado en la ciudad de Dalian, al noreste del país, disputa sus encuentros en un estadio con capacidad para 55.000 espectadores. El equipo lo entrena el yugoslavo Milorad Kosanovic y en su plantilla se integran Bajcetic, un yugoslavo que jugó en el Celta, y Ouedec, un francés ex jugador del Espanyol.

El problema de Calle, al que le apetecería plantearse el reto, es que tiene contrato con el Xerez un año más y, a fuerza de ser realista, se encuentra muy a gusto en la ciudad andaluza. En ella vive con su novia, mata los ratos libres con la consola de vídeojuegos y piensa en estudiar algo de informática.

"Aquí estoy muy a gusto. Me gustaría terminar mi contrato y lograr el ascenso. Quien esté interesado tendría que hablar primero con el club", explicaba ayer minutos antes del último entrenamiento antes del partido que hoy le enfrentará al Atlético en la Copa. Una nueva oportunidad para llamar la atención. En China o donde sea.