Expectativas
Las bolsas europeas vivieron ayer una jornada negativa, fruto de las numerosas incógnitas que plantea la situación económica. Han sido suficientes un par de descensos consecutivos en Wall Street para descubrir la falta de opciones de la inversión europea, que ha hecho de la inercia con aquel mercado uno de sus principales argumentos.
Ayer todo discurría en esos términos y los índices de los mercados se orientaron a la baja con facilidad, aunque a última hora tuvieron un apoyo imprevisto en la apertura al alza de Wall Street. Aun así, el Ibex 35 cedió el 0,56% y el índice general de la Bolsa de Madrid el 0,58%. París bajó el 0,75% y Londres el 0,04%, mientras que Francfort, que en el momento del cierre del conjunto de los mercados bajaba el 1,36%, mostraba un avance del 0,14% a última hora, aupado por una subida más importante en el mercado estadounidense.
Wall Street abrió con un avance discreto como consecuencia de las malas noticias del mercado inmobiliario, que en octubre registró un descenso del 11,4% en la construcción de viviendas, la mayor caída en ocho años, pero se le restó importancia porque estuvo precedida por el mejor septiembre de los últimos 16 años. Una vez más, los indicadores económicos estadounidenses muestran una trayectoria irregular que despista a muchos inversores y llega a desesperar a bastantes más.
La razón de la fuerte subida del mercado estadounidense a media sesión, con el 1,49%, estaba en una estimación de incremento de beneficios de las empresas que componen el índice S&P 500, cifrada en el 16,5% para el cuarto trimestre. El incremento de los beneficios de esas sociedades en el tercer trimestre fue del 7,3%.
La contratación en el Mercado Continuo se mantuvo en 1.315,59 millones de euros, con casi el 20% obtenido mediante operaciones institucionales. Del resto, más de la mitad se concentraba en Telefónica y los bancos BBVA y SCH.
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