Cambio de hora

Nuevo ajuste horario para cumplir la normativa comunitaria. Como tantas otras cosas, nos lo tenemos que creer. Sin embargo, no me parece lógico que tengamos la misma hora que en Berlín, Viena o Roma, donde el sol sale y se pone dos horas antes. Al franquismo se le ocurrió adelantar una hora durante todo el año en la dictadura. Es sobre esa hora de adelanto sobre la que nuestros relojes avanzan una hora adicional al inicio de la primavera y con la que funcionamos durante siete meses. Cuando un escolar entra en su colegio a las 8.00, en realidad lo está haciendo a las 6.00; un obrero que entra a trabajar a las 6.00 lo hace realmente a las 4.00. Y seguramente ambos habrán tenido que levantarse una hora antes, esto es, a las 5.00 y a las 3.00, respectivamente, para llegar al pupitre o a la fábrica. ¿Están nuestros economistas capacitados para cuantificar cuánto bajo rendimiento escolar y cuánto accidente laboral se deben a esta circunstancia? ¿Seguimos engañando nuestro reloj biológico?

En primavera y en verano, nuestro día se prolonga a la par que las horas de luz que el sol regala, pero este absurdo horario nos obliga luego a madrugar como el resto de los europeos.

La longitud oeste de la península Ibérica es la misma que la del Reino Unido, Irlanda y Portugal, y ésa debe ser nuestra hora tanto en verano como en invierno. Llama poderosamente la atención que ningún gran partido haya propuesto eliminar la normativa de la hora heredada de los tiempos de Franco.

¿Otra atadura del dictador que seguimos padeciendo?