La policía detiene a un acusado de 20 violaciones

La policía de Barcelona ha detenido a un hombre de 31 años acusado de cometer una veintena de violaciones en esta ciudad en el último año y medio. El arrestado siempre intimidaba a sus víctimas con un cuchillo, navaja u objeto punzante y tras abusar de ellas les robaba sus objetos personales. Diecisésis de las víctimas ya han reconocido ante la policía a Jorge H. G., que pasará hoy a disposición judicial.

'El detenido es una persona normal', explicó ayer el inspector José Luis Santos, responsable del grupo contra la libertad sexual de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña. Jorge H. G. tenía una relación estable con una mujer, trabajaba en una empresa de limpieza y sus únicos antecedentes policiales eran unos robos del año 1994. Esa normalidad aparente ha dificultado la investigación, iniciada en marzo de 2001, cuando se presentó la primera denuncia, y concluida el pasado domingo con la detención del acusado al salir de su domicilio. Horas antes, una mujer que pudo escapar del agresor alertó a la policía de que éste iba en el autobús de la línea 27 y eso facilitó su detención.

La policía asegura que Jorge H. G., como todos los violadores múltiples, actuaba casi siempre igual. Abordaba a sus víctimas en la calle o en la entrada de sus viviendas, las intimidaba y consumaba la agresión sexual entre los vehículos de la vía pública, en un descampado o en un edificio.

El agresor siempre actuaba entre las diez de la noche y las dos de la madrugada o bien entre las seis y las ocho de la mañana, mayoritariamente en el barrio de Horta y ocasionalmente en el distrito de Nou Barris. La policía asegura que cometió todas sus agresiones a cara descubierta y que siempre obligaba a las víctimas, de entre 17 y 30 años, a que no le mirasen para no ser reconocido. Dos de las víctimas explicaron que el hombre iba acompañado de un perro pastor alemán. En el registro realizado por la policía en la taquilla que tenía el detenido en su lugar de trabajo se encontró el bolso de la última víctima, las prendas de vestir que describen las mujeres, varios cuchillos, una pistola de gas y dos teléfonos robados.