El futuro es tecnológico

Las inversiones en infraestructuras son vitales para el desarrollo del área metropolitana de Barcelona y de Cataluña. Pero la dotación de más recursos para la investigación y la implantación de empresas tecnológicas también lo es. Ese es el punto de vista compartido por varias empresas, la Cámara de Comercio, el Círculo de Economía, el Ayuntamiento de Barcelona, la Fira y el sindicato CC OO, que han decidido impulsar un lobby tecnológico en el marco del Plan Estratégico de Barcelona, aunque no de forma excluyente para el resto de Cataluña. Incrementar el gasto del 1% del PIB que se destina en Cataluña a investigación y desarrollo es uno de los puntos de partida.

La iniciativa surgió el pasado viernes en una reunión del Plan Estratégico de Barcelona, planteada para estudiar el panorama científico y tecnológico en el área. En esa mesa se encontraban Rolf Terrat, presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); José Cuervo, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona; Francesc Santacana, coordinador del Plan Estratégico; Jordi Alberich, del Círculo de Economía; Jaime Tomás, presidente de la Fira; Miquel Valls, presidente de la Cámara, y el secretario de Comisiones Obreras en Cataluña, Joan Coscubiela.

'Es vital dedicar más esfuerzos a la nueva economía', afirma Santacana

El diagnóstico de los reunidos era común; la inversión en ciencia y tecnología (I+D) en Cataluña permanece estancada en el 1% desde hace 10 años, frente al 4% de la Unión Europea, que también está por debajo de Estados Unidos y Japón. Datos del CSIC indican que el gasto medio en I+D por habitante europeo fue de 418 dólares, frente a 896 de EE UU y 750 de Japón. Otros indicadores tampoco muestran un panorama mejor. Por ejemplo, el número de investigadores por cada 1.000 habitantes es de 3,8 en España frente al 6% del resto de Europa. El impacto de los parques tecnológicos se circunscribe a los dos de Barcelona y al del Vallès, además del proyecto del Sincotron, un acelerador de partículas.

Los recursos que las empresas destinan a investigación son muy limitados, y el esfuerzo de las administraciones es insuficiente, opinión compartida por agentes e instituciones. 'Si queremos impulsar la sociedad del conocimiento hay que ampliar la oferta de las empresas de la nueva tecnología. Es importante invertir en infraestructuras, pero también es vital dedicar más esfuerzos a las nuevas tecnologías', afirmó Santacana.

Opinó, además, que de la misma forma que se ha creado un estado de opinión sobre la necesidad de tener un aeropuerto y un puerto buenos debe hacerse lo mismo sobre el desarrollo tecnológico. De ahí la idea de crear un lobby, fórmula que propuso el sindicalista Coscubiela: 'Los grupos de presión no tienen por qué ser exclusivos de los intereses privados, puede ser una buena fórmula para defender el interés de la sociedad y en este caso está claro que el futuro de todos pasa por potenciar la nueva economía'.

Los objetivos pueden resumirse en tres: hacer que la sociedad tome conciencia, aumentar los recursos públicos y privados destinados a investigación y nuevas tecnologías y buscar la especialización de esa economía en ámbitos como la sanidad, la industria medioambiental y la agroalimentaria.