Personal a bordo de un avión saudí evita su secuestro en Sudán

El personal a bordo del vuelo 450 de las líneas aéreas saudíes, que cubría ayer la ruta entre Jartum y Yedda, evitó el secuestro del Aerobús 300 en el que viajaban, según informó la agencia oficial sudanesa SUNA. 'Un ciudadano saudí trató de hacerse con el control de un avión con 185 pasajeros y 19 tripulantes. El piloto despegó a las 10.15 (hora local) y 22 minutos después tuvo lugar el intento de secuestro', dijo Sayed al-Huseini, potavoz del ministro de Interior de Sudán, 'La tripulación redujo al hombre armado con una pistola. El avión regresó a Jartum, donde las fuerzas de seguridad efectuaron una inspección en busca de explosivos sin encontrar nada sospechoso'. Huseini informó de que el secuestrador estaba siendo interrogado por la policía, que se sabía que portaba pasaporte saudí, pero que se desconocían los motivos de su acción. Nadie resultó herido, dijo el portavoz, una afirmación que corrobora un comunicado de las líneas aéreas saudíes desde Riad.

Pero la agencia egipcia MENA tiene otra versión, que también sustenta en fuentes oficiales sudanesas, que no identifica. Según MENA, fueron tres los presuntos secuestradores y en el forcejeo resultaron heridos algunos pasajeros. Según esta versión, no fue la tripulación la que llevó a cabo la reducción del pirata o de los piratas aéreos, sino que se debió a la intervención directa de los agentes especiales que viajan en los aviones saudíes para garantizar su seguridad.

Este hecho tiene lugar un mes después del primer aniversario de los atentados del 11 de septiembre, llevados a cabo por pilotos suicidas, la mayoría saudíes, en el interior de Estados Unidos.

Por otra parte, el príncipe Abdula, heredero del trono de Arabia Saudí, realizó ayer un llamamiento a sus compatriotas para que eviten la tentación del extremismo, al asegurar que el islam es una religión de moderación. Se considera que esta declaración es una respuesta al comunicado emitido el lunes por Osama Bin Laden, en el que celebraba los atentados de Yemen y Kuwait. El príncipe Abdula también llamó la atención a Occidente, para que evite toda demonización del mundo islámico.