La diplomacia de la ciudad

Privada de la presencia del Ejecutivo de un Estado soberano, sin embajadas ni embajadores, Barcelona parece abrirse paso ahora en un nuevo modelo de presencia internacional que algunos definen como 'la diplomacia de las ciudades'. En el último año, la capital catalana se ha dotado de dos potentes centros de relaciones internacionales: la Casa Asia y el Instituto Europeo del Mediterráneo (IEMed), que vienen a sumarse a la decana de estas instituciones, el Cidob, en el intento de convertir la ciudad en una capital de hecho del Mediterráneo, y no sólo en aspectos económicos, sociales o culturales, sino también actuando como catalizador de lo político, especialmente en lo que respecta a las relaciones entre las dos orillas del Mediterráneo, parte del ambicioso Proceso de Barcelona nacido en 1995 y que el IEMed pretende representar.

La creación de Casa Asia, por otra parte, abre una interesante brecha en el modelo de Estado, por cuanto es la primera institución dependiente de la Administración central -aparte de la Escuela Judicial- que instala su sede en un lugar distinto de la capital.

El dinamismo impuesto por el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y la presencia de Josep Piqué en el Ministerio de Asuntos Exteriores han ejercido, sin duda, un papel determinante en esta decisión, que ha recibido esta semana el espaldarazo del presidente del Gobierno, José María Aznar.