España se va de vacaciones en agosto

Ante la impotencia que uno siente al intentar conseguir que la Administración central de este país funcione como se supone debiera hacerlo, no le queda a uno más consuelo que la pataleta que supone esta carta. Hará unas semanas salió publicada en el BOE (BOE número 182, miércoles 31 de julio de 2002, Resolución 15521 del 15 de julio) una convotaroria de becas pre y posdoctorales para universidades americanas.

El punto clave en toda esta historia es que el plazo para presentar la solicitud va desde el 1 hasta el 31 de agosto. Dado mi interés por una de estas becas, decidí enviar la solicitud para una de ellas. Por supuesto, me encontré con que la información facilitada en la convocatoria era insuficiente (sólo por poner un ejemplo, la persona de contacto en la universidad americana para la cual yo estaba interesado no figuraba en la convocatoria ni en la página web del ministerio).

Así que me dirigí a uno de los teléfonos de contacto facilitados en la convocatoria donde supuestamente 'alguien' en el Ministerio de Educación podría aclarar varias de mis cuestiones.

Como ya es posible que se esté imaginando, ¡oh, miserable de mí!, agosto es un mes 'especial' en nuestro santo país, donde es mejor dejarse caer bajo un guindo y esperar que todo vuelva a su normalidad al mes siguiente. No sé cuántas veces habré llamado ya, lo que sí sé es que ni una sola vez he obtenido respuesta (tampoco el correo electrónico que envié parece que haya surtido efecto).

Ante esta situación, no sé quién es el responsable de que yo no pueda pedir la beca, si el funcionario que supuestamente debiera estar en su puesto, o si nuestro Gobierno, que pone una convocatoria en un mes (agosto) donde es bien sabido que la Administración no funciona como es debido.