La filial de Telefónica Móviles pacta 450 despidos en Alemania

La dirección de Quam, la empresa filial de Telefónica Móviles en Alemania, llegó ayer a un acuerdo con el consejo de trabajo (órgano similar al comité de empresa) para la regulación de empleo de 450 trabajadores, aproximadamente la mitad de la plantilla, informaron en fuentes de la negociación.

El acuerdo se produce una vez que el consejo de Telefónica acordó en su última reunión del pasado 24 de julio la suspensión de las actividades en su negocio de telefonía móvil en Alemania, Italia, Austria y Suiza. La decisión fue acompañada de una provisión extraordinaria de 6.552 millones de euros, lo que le ocasionó unas pérdidas récord al grupo de 5.742 millones en el primer semestre del año.

La mayor parte de los afectados por la reducción de empleo pertenecen al área de ventas y de marketing. El ajuste pactado ayer con los sindicatos se enmarca en la primera fase de la regulación planteada por la firma. De aquí a final de año se reunirá con los sindicatos para realizar nuevos ajustes de forma que, al final del proceso, la plantilla quede reducida aproximadamente a un 10% de la inicial, aunque fuentes de la empresa no confirmaron esta cifra.

El acuerdo al que han llegado con los representantes sindicales incluye indemnizaciones variables según las circuntancias personales y familiares de los afectados, de forma que percibirán una mayor compensación los trabajadores de mayor edad y los que tengan hijos.

Con el conflicto laboral encauzado, a Quam le queda aún resolver el problema comercial, es decir, dar una solución a los 197.000 clientes que ha conseguido desde que comenzó a operar hace un año. Los responsables de la firma negocian con los operadores establecidos (Viag, T-Mobile, Mobilcom y Vodafone) en el país para realizar un traspaso ordenado de esos clientes.

Telefónica Móviles, a través del consorcio 3G Group en el que participaba junto a la finlandesa Sonera, consiguió la licencia de telefonía de tercera generación (UMTS) en 2000 para operar en Alemania, en una subasta por la que pagó 8.400 millones de euros.