Aguirresarobe enfrió la luz de 'Los otros' para acompañar la historia

Javier Aguirresarobe, director de fotografía de Los otros, la película de Alejandro Amenábar que se está desmenuzando estos días en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), contó ayer cómo logró esos efectos de claroscuro que han impactado tanto y le han proporcionado un Goya. 'El secreto de Los otros es que teníamos que demostrar que éramos diferentes, que no éramos como los técnicos americanos, y creo que eso les gustó a los socios de producción de Estados Unidos'.

Por eso, frente a la luz, al color intenso, al brillo, 'a esa gramática muy clara de los grandes estudios', dijo Aguirresarobe, 'ofrecí naturalidad, frialdad, atmósfera para acompañar la historia'. Aseguró que Amenábar le dio total libertad. 'Hombre, me dijo desde el principio lo que quería, una primera impresión de oscuridad en la casa para luego ir descubriendo poco a poco al espectador algunas pistas, pero, a partir de ahí, lo que yo quisiera'.

Y él quiso elegancia, luz vital a la altura de los ojos, 'como nosotros vemos las cosas', afirmó, para lograr lo que definió como 'la presunta verdad del cine'. La persecución del naturalismo sin que se notara y la obsesión por recrear 'la luz del norte', aseguró, fueron otras claves. 'Unos catálogos de pintores de Suecia, Noruega y Holanda me dieron la clave para reproducirla', concluyó.