'¿Tienen el último libro de Eduardo Noriega?'

El boca oreja es uno de los factores decisivos para la venta de un libro, aunque tiene efectos perversos, aseguró Martí Romaní, director de la Casa del Llibre de Barcelona, y puso algunos ejemplos. En su librería tienen una divertida lista de despistes: ¿Tienen La aventura del tocador de señoras, de Eduardo Noriega? ¿Tienen Madame Bovary, de Danielle Steel? ¿Tienen La barba del chivo? Las variaciones de Soldados de Salamina son casi infinitas, ¿Soldados de Melamina? ¿Soldados de Salamanca?

A Eduardo Mendoza, Mario Vargas Llosa o Javier Cercas seguramente les hará mucha gracia la confusión de los títulos de sus libros; los asistentes al curso de la UIMP se rieron a carcajadas.

Los buenos libreros están para solucionar estas cosas, dijo Martí Romaní en un debate sobre los canales de circulación del libro. Romaní defendió la figura del librero prescriptor y afirmó que las librerías venden el 57% de los libros, según las fuentes, y el 80%, según otras, las que él prefiere.

Fernando Carro, director general del Círculo de Lectores, que tiene 1.400.000 socios, afirmó que éstos se inclinan por su canal para la compra de libros porque en él encuentran una orientación entre las más de 35.000 novedades que se publican cada año. También les influye la calidad y el precio de los libros y la comodidad de que les sean servidos a domicilio.

Pedro Hípola, en representación de los bibliotecarios, aseguró que las bibliotecas son el canal preferido 'abrumadoramente por los jóvenes'. El 50% de las bibliotecas que hay en España se han construido en los últimos 20 años, y al margen de sus carencias, señaló, cuentan cada vez con profesionales más cualificados. El préstamo de libros es la estrella de las bibliotecas.

Sobre las anheladas bibliotecas escolares Hipola dijo que tienen futuro, pero aún hay una discusión gremialista sobre quién debe dirigirlas: los bibliotecarios o los maestros.