España y Marruecos se dan dos meses de tregua para abordar sus diferencias

La ministra española de Exteriores esperaba encontrarse en el aeropuerto de Rabat con su homólogo marroquí, pero le recibió el jefe de protocolo del ministerio, el cargo de rango más inferior que se envía para dar la bienvenida a un representante extranjero.

No fue el único gesto que reveló la frialdad del encuentro. Ya en el ministerio, Benaissa no salió a recibir a Palacio. Después, cuando los fotógrafos accedieron a la sala de la reunión, los dos ministros, sentados frente a frente y flanqueados por sus más próximos colaboradores, evitaron mirarse.

El encuentro, cuya duración prevista era de dos horas, se prolongó durante cuatro. La mayor parte de ese tiempo se dedicó a discutir los términos del comunicado conjunto con el que se confirma el acuerdo sobre Perejil 'tal como ha sido interpretado por el secretario de Estado de los Estados Unidos de América, Colin Powell'. Ramón de Miguel, secretario de Estado para Asuntos Europeos, explicó ayer en Bruselas que fue 'voluntad de Marruecos' elegir a EE UU para facilitar el acuerdo porque le pareció 'más neutral' que la UE.

La Ejecutiva del PSOE analizó ayer la crisis de Perejil y, aunque reiteró su apoyo a las gestiones del Gobierno, criticó la estrategia seguida por José María Aznar en las relación con Marruecos. El líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió 'una nueva relación con Rabat' y reclamó la participación del PSOE en ese empeño.