El Parlamento Europeo pide la legalización del aborto en todos los países pertenecientes a la UE

El Parlamento Europeo aprobó ayer, con el voto favorable de socialistas, liberales e izquierda unitaria, una resolución que pide legalizar el aborto en toda la Unión Europea. El informe de la socialista belga Anne Van Lancker sobre Salud y derechos reproductivos aclara que el aborto no debe ser utilizado como medio anticonceptivo, pero sí accesible a todas las europeas, para evitar los riesgos de prácticas clandestinas y la necesidad de acogerse a la libertad de movimientos para resolver problemas de salud reproductiva. El informe, con 280 votos a favor, 240 en contra y 28 abstenciones, pide facilitar el acceso a la píldora del día siguiente, sin receta y a precios asequibles.

En la UE destacan por restrictivas las leyes sobre aborto de Irlanda y Portugal. Las irlandesas (6.000 cada año) suelen acudir a Inglaterra a abortar, y las portuguesas pasan a clínicas españolas. Para el Partido Popular Europeo, el asunto es de competencia nacional, por lo que rechazó el informe. 'Pretender que todos los países tengan una misma política en una materia que forma parte de las convicciones, de las tradiciones y del acervo propio de cada Estado es un error manifiesto', dijo ayer María Antonia Avilés.

El informe no defiende tanto el aborto como el acceso a anticonceptivos, a educación sexual y a salud reproductiva. 'En Rumania, la tasa de aborto es 10 veces mayor que la de la UE. ¿Por qué?', se preguntaba ayer Van Lancker. 'Porque la mujer no tiene acceso a la anticoncepción. En Reino Unido hay cinco veces más jóvenes encintas que en Holanda. No son diferentes las mujeres, sino las políticas'.

La socialista Elena Valenciano deploró las presiones que ejercen las organizaciones provida, en su mayoría españolas, sobre los europarlamentarios. 'Ayer mismo repartían trípticos en Estrasburgo que aseguran que el aborto produce cáncer', dice.

La aprobación del informe no tiene carácter vinculante alguno, pero el comisario de Sanidad, David Byrne, se ha comprometido a solventar un problema que denuncia el texto: la falta de estadísticas.