La intolerancia arruina una pareja

La historia no podía tener un trasfondo más edificante. Pero ayer las autoridades pakistanies la arruinaron con su falta de tolerancia. El jugador musulmán Aisamul Hag Qureshi fue condenado, sin juicio previo, por la federación de su país, por estar jugando el torneo de dobles de Wimbledon con un compañero israelí, Amir Hadad. 'Aunque está jugando por su cuenta', comentó a la BBC Saulat Abbas, dirigente de la Federación de Tenis de Pakistán, 'oficialmente condenamos el hecho y le pediremos explicaciones. Nuestro país no tiene relaciones con Israel. Hag puede ser multado por su osadía'.

Ni Hag Qureshi ni Amir Hadad podían imaginarse algo parecido cuando la semana pasada decidieron juntarse para disputar la prueba de dobles de Wimbledon. Ambos acababan de ser eliminados en la fase previa de individuales. Estaban sentados en el vestuario sin ninguna esperanza de futuro en el torneo y pensando que su tiempo se había acabado en Londres.

Pero, entonces, se cruzaron una mirada. Hag se levantó, se acercó a Hadad y le dijo si quería probar junto a él en dobles. Decidieron jugar. Pasaron la fase previa y causaron sensación en la segunda ronda del cuadro principal cuando eliminaron a los décimoprimeros cabezas de serie, el surafricano Wayne Ferreira y el estadounidense Rick Leach, y clasificarse para octavos de final.

'Me sorprende el lío que se ha montado', confesó ayer sorprendido Hag Qureshi. 'Lo que me gustaría es que se preocuparan más por mi tenis y menos por los asuntos políticos'.

Ni a Hag ni a Hadad parece importarles demasiado que sus países estén enfrentados. 'Nosotros somos deportistas. No hacemos política', señalan los dos. Hag, de 22 años, es el 270º del ránking mundial y en su carrera ha ganado sólo 84.000 euros. Hadad, de 24, es el 187º mundial, y este año debutó en el Grand Slam ganando un partido en Roland Garros. Sus ganancias se sitúan en 116.000 euros. El doble es su salvación económica. Pero las autoridades quieren arruinarles.