Discrepancias sobre el veto y la creación de una presidencia

Menos problemáticas serán las reformas del Consejo propuestas por José María Aznar con el claro apoyo de Tony Blair, aunque también existen discrepancias. Así, Francia se opone al loable intento de poner un importante freno a la cultura del veto en las reuniones de los líderes. Los ministros de Exteriores de los países pequeños tampoco desean desgajar en dos el actual Consejo de Asuntos Generales: uno de Exteriores y otro de Asuntos Generales, encargado de preparar la agenda de las cumbres. En España, en todo caso, se prevé que ambos puestos sean asumidos por Piqué.

Sí existe un rechazo más fuerte, encabezado por Alemania, a la idea de Aznar, Blair y el francés Jacques Chirac de contar en el futuro con un presidente del Consejo elegido entre antiguos líderes europeos. Semejante cambio, como el de constituir equipos conjuntos de países para dirigir la UE en lugar de las actuales presidencias semestrales, exigen cambios del Tratado y por tanto sólo serán debatidos en Sevilla sin posibilidad de cerrar acuerdo alguno.

A punto de concluir la presidencia española, el Gobierno considera que 'ha cumplido prácticamente todos sus objetivos'. El semestre español será recordado por la inclusión de la inmigración en la agenda, pero también por haber concluido con una huelga general contra el presidente de la UE, algo que nunca olvidará Aznar.