La figura hasta ahora es Ferdinand

Sven Goran Eriksson, el sueco hecho en el calcio, ha realizado con la selección inglesa una buena copia de la italiana, dicen algunos. Y ofrecen un dato: lo más destacado que ha ofrecido en Japón ha sido su defensa, y dentro de su defensa, gigante, la figura de un central londinense, joven (23 años), saltarín, muy alto (1,88 metros) y casi delgado (76 kilos): Rio Ferdinand, el defensa más caro del mundo (29 millones de euros pagó el Leeds al West Ham en 2000 por sus servicios).

Ferdinand, que sueña con Brasil pese a que no haya estado nunca en Río de Janeiro (su nombre le viene, dice, de que su madre vio la palabra en un mapa de Centroamérica y le gustó) y quiere a Brasil en los cuartos para anular a Ronaldo (primero es Dinamarca, le recuerda Eriksson), es joven pero se le ha hecho larga su llegada a la cima. Ya fue seleccionado para Francia 98 (cuando jugaba en su West Ham de toda la vida), aunque no jugó nada. Después sufrió cuando Kevin Keegan ni le convocó para la Eurocopa 2000. Se fue de vacaciones a Chipre y se ganó una portada escandalosa en algún tabloide, acusado de ser un desenfrenado practicante del sexo. Fue su momento más bajo. Un tiempo muy lejano. Ahora brilla de nuevo. Y su cotización sube. Ya se dice que el Manchester podría pagar 56 millones de euros por su cesión.