Religión y ciencia en 'USA today'

El artículo de opinión de Luis Goytisolo sobre la sociedad de Estados Unidos, USA hoy, publicado en EL PAÍS el pasado 5 de abril, es característico de la postura de superioridad intelectual con que los escritores y gentes de letras europeos miran a la compleja y multifacética sociedad estadounidense. Los tópicos se repiten y las ignorancias se multiplican. No merece la pena analizar los muchos lugares comunes e inexactitudes que contiene el ensayo en cuestión, mas sí llamar la atención sobre la superficial y poca acertada visión que tiene el señor Goytisolo de los dos aspectos que él considera más significativos de dicha sociedad: la religión y la ciencia.

Cierto que, estadísticamente, los ciudadanos de Estados Unidos son muy crédulos, con porcentajes de personas que se declaran creyentes en algún tipo de divinidad trascendente más propios de referendos franquistas o elecciones soviéticas que de la sociedad que posee, con mucho, la mejor ciencia del mundo. Pero eso no impide que, en la realidad, en lo que importa a los ciudadanos como tales, esto es, en la educación general y en los subsidios públicos a las religiones, Estados Unidos se acerca mucho más al ideal de laicismo que la mayoría de los países de lo que Goytisolo llama Occidente europeo oficialmente laico. Lo demás, incluyendo las imprecaciones públicas a su dios protector y proamericano de los presidentes, o la leyenda impresa en los billetes de los dólares -In God we trust-, que algunos pueden considerar ridículo, es más bien folclor religioso que otra cosa.

En cuanto a la investigación científica, el señor Goytisolo tiene una visión más propia de los racistas y nacionalistas de las identidades culturales que la que sostienen los que reconocen en el conocimiento que proporciona la ciencia moderna el logro más transcultural, internacional y ajeno a la partida de nacimiento de los que la practican alcanzado jamás por la humanidad. Hablar de la investigación científica de hoy día en Estados Unidos, recordando una vez más las contribuciones de los grandes científicos europeos emigrados con ocasión de la última guerra mundial, o recurriendo a expresiones como comprar (aunque Goytisolo escriba esta palabra en cursiva) científicos o a bárbaros que ocupan puestos clave en la producción de conocimiento, suena terriblemente rancio.

Porque, a fin de cuentas, sean moros o cristianos, blancos o amarillos, de la China o de Chamberí, lo importante es que estos investigadores trabajan y dan sus frutos en USA hoy.-