NICOLE KIDMAN ABANDONA EL FRÍO

Después de casi dos meses de permanencia en Trollhättan, la pequeña ciudad de la costa occidental de Suecia, cerca de Gotemburgo, donde se filmó Dogville bajo la dirección de Lars von Triers, Nicole Kidman regresó a Los Ángeles, Estados Unidos. Se marchó con una sonrisa tras haber soportado estoicamente el confinamiento, apenas interrumpido en dos o tres ocasiones para volar a recoger el Golden Globe por su papel en Moulin Rouge, filme que también puede depararle un Oscar dentro de algunas semanas, ya que es una de las candidatas por su actuación en él. Durante ese lapso, Nicole y un elenco de famosas y famosos del cine, entre los que cabe señalar a Lauren Bacall y Stellan Skarsgård, el actor del laureado filme Rompiendo las olas, compartieron trabajo, desayuno y cenas en una antigua mansión en los suburbios de Trollhättan, donde tuvo lugar la filmación. 'Fue agradable', dijo Nicole antes de partir, 'haber podido trabajar en un lugar aislado y con un ambiente que permitió trabajar en paz'. Pese a que los meses de enero y febrero en Suecia son capaces de deprimir al más optimista, la actriz australiana, según cuentan sus compañeros, mantuvo el ánimo siempre en alto, hacía muchas bromas y se reía mucho. Para el Día de San Valentín, Nicole recibió la visita del también actor Russell Crowe, que viajó expresamente desde el Festival de Berlín para compartir una cena con ella. Toda una prueba de compañerismo. Alguna visita a restaurantes de Gotemburgo, acompañada de amigos, despertó especulaciones de las revistas del corazón sobre algún nuevo romance, pero, al parecer, sin fundamento.-