Fernández Marín arbitrará durante casi dos meses en la liga japonesa

Juan Antonio Fernández Marín (Atocha, Madrid, 3 de diciembre de 1957), árbitro del colegio valenciano, consultaba ayer en Internet toda la información que encontraba sobre la liga japonesa de fútbol. Estudiaba los equipos, los resultados, los jugadores... Junto a él, un par de guías sobre Japón -su comida, su clima, sus costumbres- y el libro Memorias de una geisha, de Arthur Golden. No es que se haya vuelto de repente un fanático de la cultura asiática, sino que ha recibido una invitación personal de la federación japonesa para arbitrar durante casi dos meses encuentros de su liga. Y no ha dudado en aceptar el reto.

Así, el árbitro español debutará en la competición japonesa, de 16 equipos, el 2 de marzo, cuando comienza la liga en Japón, y regresará a España el 23 de abril, a tiempo todavía para pitar uno o dos partidos en la Liga española.

Marín, internacional desde 1995 y árbitro de Primera durante casi 12 temporadas, seguirá el camino de otros colegiados europeos como el danés Milton Nielsen, el holandés Dick Jol y el español García Aranda, que en 2000 pitó nueve partidos en la liga japonesa. 'Su organización es extraordinaria, va mucha gente a los estadios y los encuentros se ven por televisión. Los jugadores son tremendamente respetuosos y educados, casi nunca les amonestas por protestar, y están muy al tanto de la Liga española', recuerda Aranda. 'En el extranjero valoran mucho la calidad de los árbitros españoles', añade Marín, que no ha pitado nunca en Asia. Si el pasado enero fue Iturralde González quien dirigió el Montpellier-Mónaco aplazado de la liga francesa, ahora es Fernández Marín quien hace las maletas para representar al arbitraje español.

Jugador y árbitro de balonmano en su juventud, y socio del Atlético de Madrid hasta los 12 años -'lo dejé por ética, al hacerme árbitro'-, Marín dejará momentáneamente su trabajo como psicólogo de disminuidos psíquicos en Torrent, cerca de Valencia, para poner el colofón a su carrera. En junio de 2003 se retirará, a los 45 años, por imperativos de la edad. Antes, vivirá dos meses en un hotel de Tokio y pitará en Japón.