UN TROZO DE CÉSPED PARA LA CANCILLERÍA

Un histórico pedazo de hierba pasará a engrosar el césped del jardín de la Cancillería Federal de Alemania en Berlín. El embajador de Suiza en Alemania, Thomas Börer-Fiedling, entregó al canciller federal alemán, el socialdemócrata Gerhard Schröder, un trozo de la pradera del Wankdorfstadion de Berna, donde en 1954 la selección alemana de fútbol derrotó por 3-2 a los grandiosos húngaros que respondían a los nombres de Puskas, Koscis, Czibor y compañía. Aquella tarde lluviosa de julio los alemanes que capitaneaba Fritz Walter, gracias a los dos goles del Boss (Jefe) Helmut Rahn, derrotaron, contra todos los pronósticos, a la sensacional selección de Hungría y se proclamaron campeones del mundo de fútbol. La Alemania derrotada nueve años antes en la guerra se identificó con los 'héroes de Berna' y recuperó una mínima dosis del herido orgullo nacional. 'Ahora somos de nuevo algo', tituló por aquellos días la prensa. El presidente federal de entonces, el liberal Theodor Heuss, tuvo incluso que llamar la atención a sus compatriotas, para que no sacaran las cosas de quicio. El disco con el relato radiofónico de la final de Berna todavía se puede comprar en Alemania y escuchar al locutor desgañitarse ante una parada del portero Turek: '¡La paró, la paró! ¡Toni, Toni, tú eres un dios del fútbol!'. El tercer gol de Rahn le hizo enronquecer. El director de cine Rainer Maria Fassbinder utilizó esa grabación en la escena final de su película El matrimonio de Maria Braun. El estadio Wankdorf ha quedado demolido, pero un pedazo de su césped forma parte del jardín de la sede del Gobierno alemán. Schröder, un niño de la posguerra alemana, se siente, según un portavoz, 'profundamente feliz'.