Del futbolín a Internet

La investigación sobre los menores supuestamente implicados en la quema de vehículos en Valencia continúa abierta. La policía confirmó ayer que había tomado declaración a nueve, que esperaba hacerlo en breve a otros 20 y que podrá imputarse delitos a unos 30.

Los menores de entre 15 y 17 años que fueron detenidos el pasado viernes por agentes de la Policía Nacional formaban un 'comando' autodenominado RSM (la Razón Siempre Manda), contaban con una página en Internet diseñada por uno de ellos, con contenidos blindados a los que sólo se podía acceder previa introducción de contraseñas, y estudiaban en el mismo centro, el instituto Profesor Josep Viguer de Valencia.

El instituto, en el que se imparten también módulos de Formación Profesional, fue objeto de un sabotaje el pasado mes de abril y otro en julio. Las paredes del instituto aparecieron con pintadas, destrozos en ventanas y puertas, y sustracción de material. Se encuentra entre los barrios de San Marcelino y La Torre, recoge estudiantes de toda Valencia y el jefe de estudios del turno de tarde definió ayer al alumnado como 'muy diverso, más conflictivo en las horas lectivas de la mañana'.

Otras fuentes del centro aseguraron que a lo largo de este año han sido varios los actos vandálicos contra el instituto, lo que hizo pensar a la dirección que las personas responsables debían estar ligados al mismo. Del mismo modo, explicaron que los jóvenes se mueven entre pandillas y que algunas son más cerradas y violentas que otras: 'Pero nunca pensamos que alguna de ellas, si es que así se demuestra, cometiera los delitos que se les imputa'.

Los nueve menores a los que se ha tomado declaración formaban parte junto a otros 21, según la policía, de lo que se denomina núcleo duro del 'comando'. Es este grupo el que habitualmente visitaba la página de Internet en la que se recogía el ideario de colectivo. Según fuentes policiales, además de los habituales, el número de personas que en varias ocasiones visió el sitio de Internet podría sobrepasar el centenar.

En la página web, según las mismas fuentes, existía una advertencia dirigida especialmente a autoridades y profesores sobre el contenido a través de la que se hacía saber a los visitantes que la información podría atentar contra sus principios.

El grupo de menores se veía cada día en el centro de estudios y utilizaba Internet como publicidad sobre el colectivo RSM y para mantener contactos. La policía asegura que un extraño al colectivo no tenía acceso a chats privados ni al intercambio de información sobre los objetivos a destruir. Internet se revela como el escenario de reunión. Atendiendo a la práctica de pandilla, cambiaron la sala de futbolín por un lugar en la red y a través de ella ofrecían datos sobre compra, instalación y detonación de explosivos, dónde comprar líquidos inflamables, estrategias de ataque, objetivos a destruir, documentación sobre otras acciones, razonamientos de los objetivos siguiendo los mandamientos del grupo y enlaces de interés.

Mientras la investigación sobre los diferentes delitos que podrían imputarse a los menores continúa, las familias empiezan a conocer el alcance que puede tener el resarcimiento de daños. Según fuentes policiales, de los delitos que hasta ahora han confesado los menores, la cifra rondaría los cien millones de pesetas. Esta cantidad sería mucho mayor si finalmente se demuestra que estos menores son los responsables de la quema masiva de vehículos en la ciudad de Valencia. En 18 meses, los coches siniestrados son unos 400, a los que habría que sumar daños colaterales como fachadas de edificios y mobiliario urbano.

Fuentes del caso descartaron ayer la intervención en la organización de los menores de personas adultas ajenas e insistieron en que las acciones de los nueve que hasta ahora han prestado declaración se han localizado en Valencia. Las mismas fuentes no descartan que pudieran mantener contacto con otros colectivos de características similares con propaganda en la red.