BUENA PAGADORA

La comisaria de Medio Ambiente de la Unión Europea, Margot Wallström, ha comenzado a recorrer en bicicleta, y no en el automóvil con chófer que tiene a su disposición, los cinco kilómetros de distancia que median entre su domicilio en Bruselas y su oficina en el cuartel general de la UE, en la capital belga. Esta decisión, que se mantendrá durante un mes, no es una excentridad de ecologista convencida, sino el pago de una apuesta que dio por perdida. Durante la conferencia sobre el clima realizada en La Haya, 10 meses atrás, prometió que iría al trabajo en bicicleta durante un mes si los jóvenes de 88 escuelas de ocho países entre los participantes, lograban disminuir un 8% su parte en la contaminación de monóxido de carbono. Los alumnos aceptaron el reto, utilizaron lamparillas más económicas, apagaron las computadoras una vez utilizadas y adoptaron mayor austeridad en el uso de los aparatos. Faltó poco para alcanzar la meta del 8%, pero la ministra consideró que igualmente merecían el triunfo y se declaró perdedora. Y haciendo honor a las costumbres de su país, donde pagar las deudas ha sido hasta ahora una cuestión de honor, Margot paga puntualmente la suya. Pese a que el tráfico de Bruselas no es tan benévolo con los ciclistas, como el de Suecia.