Jaun de Alzate
Los que amamos el teatro nos vimos desagradablemente sorprendidos la pasada semana con la noticia de que la obra teatral La leyenda de Jaun de Alzate, que el teatro Arriaga preparaba como producción propia, quedaba suspendida sine die, como consecuencia directa del cese de Txema Viteri como director artístico del teatro municipal. No voy a entrar en valoraciones sobre la gestión del señor Viteri. Solo quiero hacer reflexionar sobre la suspensión de la obra, porque a mí lo que me gusta es el teatro, y no las auditorias.
Para los que no la conozcan, he de decir que La leyenda de Jaun de Alzate, en mi humilde opinión, es muchísimas cosas: una obra imaginativa, creativa, conmovedora, divertida, erudita... También es una obra dificilísima de representar, por lo que recibimos con profunda satisfacción la noticia de que el Arriaga asumía valientemente ese riesgo, con un plantel de 50 actores vascos (qué satisfacción, don Pío), además del trabajo incuestionable de Adolfo Marsillach y Carles Cugat (tampoco hay que ser chauvinistas), entre otros profesionales cuya valía me consta. El teatro vasco goza de una estupenda salud, con muchos grupos que producen obras maravillosas, claro que sí; pero no somos catalanes, y sólo un teatro municipal puede asumir el riesgo de una producción tan inmensa.
Ahora la han suspendido, al parecer por problemas de presupuesto (¿quién pudo creerse que una obra de esa envergadura podía realizarse por 60 millones? ¿o es que ni siquiera la han leído, para saber de qué hablamos?) La han suspendido sin acordarse de don Pío, ni de la deuda, ni de 50 actores nuestros, ni de Marsillach, ni de los espectadores espectantes... Y lo que es peor: no quieren gastarse más del doble de lo presupuestado, llevando a cabo finalmente la obra, pero no tienen ningún problema en arrojar a la basura todo lo que ya está hecho: contrataciones, adaptación literaria, vestuario, escenografía (proyecto y realización, ojo), actuaciones ya concertadas con otras ciudades...
Pensamiento único también para esto: nadie ha exigido saber cuántos millones se van a gastar por NO hacerla; nadie se ha preguntado cuánto hay de venganza personal en el asunto; nadie se ha asombrado de que hace un año, también por unanimidad, se decidió el nombramiento del señor Viteri.
Señores concejales, y periodistas, por favor: no piensen tan igual, no sean tan globales. Léanse el Jaun, si tienen un ratito en sus apretadas agendas, y díganme si no tiene toda la pinta de ser posiblemente lo más memorable que el Arriaga va a producir y exportar. Qué honor para el Arriaga, para Bilbao, para Euskal Herria. Si ustedes, señores todopoderosos, quieren, claro.
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