Los municipios de la Costa Brava, en contra de la línea de Les Gavarres

En la última reunión conjunta que el pasado miércoles mantuvieron la Comisión de la Carta de Tossa y la Comisión de Infraestructuras del Consejo de Iniciativas Locales para el Medio Ambiente (CILMA), los ayuntamientos de la costa gerundense y del interior de la provincia manifestaron su apoyo a la posición del Ayuntamiento de Llagostera en relación con la polémica de la línea de Les Gavarres. La decisión de apoyar el consistorio de Llagostera se tomó después de que el alcalde de esta localidad, el independiente Lluís Postigo, explicara en la reunión la situación en la que se encuentra el conflicto y aclarase la postura de su equipo de gobierno al respecto.

La Carta de Tossa fue firmada el año 1998 por los municipios gerundenses a instancias de la Asociación de Naturalistas de Girona (ANG) con el objetivo de establecer el compromiso político de no crecer por encima de la capacidad de carga del territorio. En la actualidad, la suscriben 19 de los 23 municipios del litoral de Girona. Por su parte, El CILMA, organismo en el que participan la mayoría de los ayuntamientos y consejos comarcales de Girona, se define en sus estatutos como 'un instrumento de cooperación e intercambio para el desarrollo sostenible de los municipios de las comarcas gerundenses'.

En la actualidad, la Carta de Tossa y el CILMA reúnen equipos de gobierno de todos los colores políticos, desde los convergentes de Sant Feliu de Guíxols o Palafrugell hasta los socialistas de Lloret, Girona o Figueres, pasando por distintas formaciones locales independientes. Por lo tanto, con el apoyo de las dos entidades, el Ayuntamiento de Llagostera ha logrado un respaldo importante en su actuación en el actual conflicto de la línea de Les Gavarres.

El apoyo al consistorio de Llagostera de los firmantes de la Carta de Tossa y del CILMA tiene lugar la misma semana en que la ANG ha iniciado una campaña destinada a hacer ver la necesidad de plantear un debate a fondo sobre la sostenibilidad en la Costa Brava. La campaña, cuyos principales destinatarios son los ayuntamientos de la costa, consiste básicamente en la presentación y discusión de estudios científicos que ponen de manifiesto el crecimiento desmesurado experimentado por la actividad turística en los últimos años y advierten del peligro de sobreexplotar los recursos naturales y paisajísticos del litoral gerundense.

Crecimiento cero La campaña tiene el objetivo a largo plazo de cambiar el discurso sobre el desarrollo de la industria turística y 'lograr un crecimiento cero', según el portavoz de la ANG, Enric Pardo. A corto y medio plazo, los estudios subrayan la posibilidad de adoptar actuaciones sensibles con el problema de la sostenibilidad. Entre estas medidas, los ecologistas señalan la notable reducción del consumo eléctrico que supondría sustituir las actuales lámparas de vapor de mercurio del alumbrado público por lámparas de vapor de sodio. Según sus cálculos, de aplicarse esta medida, la factura energética en la Costa Brava se reduciría el 17%. Este ahorro descongestionaría las actuales líneas de suministro eléctrico al litoral de Girona y haría innecesaria la polémica línea de Les Gavarres.

En sintonía con la demanda de la ANG, los ayuntamientos de Sant Feliu de Guíxols (Baix Empordà) y de Roses (Alt Empordà) han iniciado ya la aplicación de criterios de eficiencia y ahorro a su alumbrado.