La Fiscalía de Medio Ambiente reabre el caso de la destrucción de árboles centenarios

La Fiscalía de Medio Ambiente del País Vasco ha reabierto la investigación sobre la destrucción de robles y hayas centenarios con motivo de las obras de la variante de Berriz, una carretera en servicio desde hace más de un año. El fiscal de Medio Ambiente pidió en abril pasado al juzgado de Durango que investiga un posible delito ecológico que amplíe una prueba pericial para comprobar si una de las hayas afectadas era un ejemplar 'especialmente amenazado'.

La construcción de la variante de Berriz fue denunciada hace dos años ante los tribunales por prevaricación (dictar a sabiendas una resoluciónm injusta) y delito ecológico. La demanda, planteada por la plataforma ecologista Bizirik, incidía en la actuación sobre 452 árboles afectados por la carretera que debían ser trasplantados y especialmente el más importante de ellos, un haya monumental. Según la querella, 'algunos de los árboles fueron directamente troceados ante la imposibilidad incluso de fingir su trasplante como se hizo con otros. Dicho troceamiento fue conocido al ser localizados los restos del árbol por un vecino'.

En febrero pasado, el Tribunal Superior vasco dictó una sentencia, que ha sido recurrida ante el Supremo, que consideraba legal la construcción de la variante de Berriz y rechazaba las acusaciones de los ecologistas sobre el caso concreto del haya troceada, que fue trasladada por dos particulares el 1 de abril de 1999. 'En cuanto a la tala del ejemplar de haya monumental, no consta ni mucho menos que se produjera como consecuencia de una actuación administrativa', un hecho que ahora cuestiona el fiscal.