BARENBOIM NO SE CONSIDERA MISIONERO

Daniel Barenboim tendrá que seguir esperando para presentar a Wagner en Israel. Las protestas contra su propósito de dirigir en Jerusalén La valkiria, con Plácido Domingo, entre otros, en el escenario, se han impuesto al nuevo intento de acabar con el tabú. Wagner era el músico favorito de Hitler y sus obras sonaban en los campos de concentración nazis. Insoportable para los 350.000 escapados del exterminio que viven en Israel. Hasta el propio presidente israelí, Moshe Katsav, se pronunció contra el programa que deseaba dirigir el músico judío nacido en Buenos Aires, uno de los grandes intérpretes del compositor alemán. Barenboim lamenta la censura, pero no va hacer un casus belli de ella. 'No quiero luchar como un misionero por Wagner en Israel', ha declarado al semanario germano Focus. El director ha optado por cambiar el programa. En vez de a Wagner, los aficionados israelíes escucharán el 7 de julio a Schumann y Stravinski en la interpretación de la Staatskapelle de Berlín. Barenboim vive a caballo entre la capital alemana y Chicago, de cuya orquesta sinfónica es director. La temporada musical comenzará este otoño a orillas del lago Michigan con una perspectiva de tres semanas dedicada a Wagner y el modernismo, que concluirá con dos representaciones de Tristán e Isolda, una historia de amor llevada al límite, con la soprano Waltraud Meiere como Isolda y el tenor Christian Franz como Tristán. Barenboim dirigirá para la ocasión a la Chicago Symphony Orchestra.-