El símbolo de Mestalla

Europa, rendida a sus pies. Es el español más admirado junto a Raúl. Un tipo frío, que apenas expresa sus sentimientos. Difícil adivinar lo que piensa por sus movimientos. Su extraordinaria evolución futbolística simboliza perfectamente la del Valencia, que hace tres años estaba en la cola de la Liga. Mendieta es de los que disfruta más jugando que viendo fútbol. Le disgusta hablar de fútbol más de lo imprescindible. Prefiere la música, el cine e incluso la lectura. Fue objetor de conciencia. Recibe miles de variopintas propuestas y ha aprendido a rechazarlas con monosílabos: 'No'. Se le nota cansado del peso de la fama. Su juego es exuberante: siempre al ataque, aprovechando un físico privilegiado de corredor de medio fondo para defender y para, en la misma jugada, rematar a gol.