Muchas ventas, ambiente festivo y buen tiempo en toda Cataluña

La Rambla Nova de Tarragona concentró ayer 85 puestos de rosas y libros donde se vendieron los títulos más mediáticos, obras de autores consagrados y escritores locales, informa Anna Mor. Los libreros, en un primer balance, aseguraron que junto a autores televisivos y los ya consagrados, como el reusense Andreu Buenafuente, Rosa Montero o Quim Monzó, tuvieron buena acogida los autores tarraconenses: Olga Xirinacs, con su novela Un cadàver per sopar, El mas de la guineu, de Joan Mestre, (premio de narrativa Pin i Soler), o Las claves del pasado. La llave del futuro, de Eudald Carbonell y Marina Mosquera, son algunos de los títulos que tuvieron mayor aceptación.

En Lleida se respiró un ambiente de gran satisfacción: se vendió un 30% más que en 2000, informa Montserrat Trepat. Los preferidos fueron de nuevo Andreu Buenafuente, Eduardo Mendoza y Quim Monzó. También La caverna, de José Saramago, La montaña del alma, de Gao Xingjian, y La joven costurera china, de Dai Sijie. Entre los autores leridanos, destacaron Josep Vallverdú (con dos libros: el tercer volumen de sus memorias, Desmudat i a les golfes, recién aparecido, y la novela El patró Gombau), Imma Monzó (con Tot un caràcter) y Joan Pedrol, que firma como Matxicot (con Crònica passional de Catalunya).

En Palma de Mallorca, también se cumplieron las previsiones de buenas ventas y buen tiempo, informa Andreu Manresa. Los autores más solicitados fueron los mallorquines que este año han presentado novedades: Biel Mesquida (T'estim a tu), Baltasar Porcel (L'emperador o l'ull del vent) y Maria de la Pau Janer (Ets la meva vida, ets la meva mort).

En Girona, todo quedó en casa. La nutrida escudería de autores autóctonos salió con ventaja en la carrera de la Diada, informa Gerard Bagué. El último libro de Javier Cercas, Soldados de Salamina, fue uno de los más vendidos. El autor no cesó de firmar ejemplares durante toda la mañana, junto a autores como Maria Mercè Roca, Josep Maria Fonalleras, Jordi Arbonés o Toni Sala. La Rambla de Girona rozó el colapso de público al mediodía y al atardecer.