Un empleado de Deutsche Bank en Nueva York robó en 10 años 1.600 millones de pesetas a clientes ricos

En los 11 años que trabajó en una oficina en Nueva York de Deutsche Bank, el primer banco de Alemania, Eduardo del Río llamó la atención por sus trajes elegantes. Ahora es conocido por algo más: el robo de 8,5 millones de dólares (casi 1.600 millones de pesetas) procedentes de las cuentas de unos 90 de los clientes más ricos del banco, según informaba en su edición de ayer el diario The Wall Street Journal. La mayor parte del dinero provenía de una cuenta vinculada a la familia Thyssen, una de las dinastías industriales más importantes de Europa. Del Río reunió esa cantidad desde 1994 hasta abril del año pasado, cuando fue descubierto, aunque hasta ahora no había saltado a la luz pública. El mes pasado, el ex empleado fue condenado a cumplir 46 años de prisión y a pagar 9,2 millones de dólares (1.720 millones de pesetas) en concepto de restitución.

Eduardo del Río, que no tenía antecedentes criminales, vio su oportunidad a mediados de los noventa cuando por equivocación le dijo a un cliente que su cuenta contenía menos dinero del que en realidad le correspondía. El cliente no se dio cuenta, lo que incitó al empleado, que cobraba en 1999 unos 70.000 dólares anuales (unos 13 millones de pesetas) más un complemento de unos cinco millones de pesetas, a continuar esa práctica.

El robo continuado ha hecho saltar las alarmas del sistema de control interno que mantiene el Deutsche Bank. Aunque el dinero sustraído supone sólo una pequeña parte de las cantidades que maneja la entidad, el acceso de un empleado a esa suma desprestigia la imagen del banco. El abogado de Del Río ha descrito el delito como 'increíblemente fácil de cometer'.

El Deutsche Bank aseguró en un comunicado emitido el pasado martes que cuando se tuvo conocimiento de la situación se incrementaron las políticas de control: 'Los activos del banco y de sus clientes permanecen a salvo de cualquier intento criminal en el futuro', señaló la entidad.