'Fernando Martín abrió el camino gracias a un coraje sobrenatural'

Clases de inglés, sesiones de musculación, sesiones de vídeo, un esfuerzo por integrarse en Portland... y por supuesto el mayor de los empeños en cada uno de los duros entrenamientos con los Blazers. Y Miguel Ángel Paniagua cerró el portafolios. 'Para coger el avión', le dijo a Fernando Martín, 'tienes que comprometerte a todo esto'. Y el pívot madrileño, siguiendo con la metáfora y demostrando su determinación, le respondió a su representante: 'Vale. ¿A qué hora sale el avión?'. Entonces, en 1986, nada era tan fácil como ahora. De entrada, Martín tenía que irse a la NBA cobrando menos de lo que iba a percibir en la Liga ACB, donde pertenecía al exclusivo club de los 100 millones instaurado en pleno boom del baloncesto español. Además, la NBA tenía 23 equipos, seis menos que ahora, y existía poca experiencia con jugadores europeos. Apenas estaban Schrempf, Welp, Gudmunson... y, sin haber pasado por la Liga universitaria americana, tan solo el búlgaro Glouchkov.

Fernando, después de ganar su cuarta Liga con el Real Madrid y de participar en el Mundial con la selección española, tenía claro su objetivo. Quería jugar en la NBA. Y lo consiguió. Después de pagar una compensación para que los Nets, equipo que lo había drafteado, le liberase, se fue al campus de verano de los Blazers. Su contrato, de 300.000 dólares brutos, ya estaba garantizado pero sus mentores prefirieron hacerle creer que necesitaba pasar una criba. 'Eso iba a ayudarle a entender mejor el juego y la competitividad de la NBA', cuenta Paniagua.

Eran otros tiempos. No había acuerdos de colaboración entre la NBA y la ACB y la federación española presionó para evitar que Martín se marchara y deslizó que no iba a poder jugar más con la selección. 'Justo cuando estaba diciéndose eso, nos llegó la camiseta de los Blazers con su apellido acentuado y no, como temíamos, americanizado'.

La acogida en Portland fue estupenda, pero el entrenador era nuevo y conservador y apenas contaba con ocho jugadores. 'Fernando tenía una condiciones técnicas limitadas pero poseía una valentía y una fuerza mental sobrenatural, propia de una superestrella. Gracias a ello fue un hombre que abrió caminos. Fue la punta del iceberg de una gran generación de jugadores como ahora puede serlo Gasol', subraya Paniagua. Martín estuvo estuvo a punto de fichar por San Antonio pero aceptó una oferta para regresar al Real Madrid. Falleció en un accidente de tráfico en diciembre de 1989. Tenía 27 años. Sigue siendo el único jugador español que ha jugado en la NBA.