La Bolsa de Tokio cae a un mínimo de 16 años a pesar del alza del PIB

La Bolsa de Tokio retrocedió ayer un 3,62% y marcó un mínimo de 16 años a pesar de la subida del 0,8% del Producto Interior Bruto (PIB) japonés en el último trimestre de 2000. La fuerte caída del Nikkei y el hecho de que el dólar subiese ayer a 120,50 yenes, su nivel más alto en 20 meses, demuestra, según los expertos, la escasa credibilidad de las medidas del Gobierno para reavivar la economía.

La expansión económica que registró Japón entre octubre y diciembre contrastó con el retroceso del 0,6% del trimestre anterior, según los datos aportados por el Gobierno, y superó en 0,2 puntos a los cálculos anticipados por los analistas. Las cifras mostraron que la inversión de capital del sector privado fue el pilar que sustentó el crecimiento al haber registrado su mayor incremento de los últimos 11 años, del 6,8%. Sin embargo, el consumo individual, que representa el 60% del PIB, lo que lo convierte en un indicador clave para conocer el grado de recuperación de la economía, bajó un 0,6%.

En todo el año 2000, el PIB avanzó un 1,7%, el segundo año consecutivo al alza, tras lo cual el Gobierno dijo que se alcanzará el crecimiento del 1,2% que se fijó al final del ejercicio fiscal, que termina el 31 de marzo, incluso si entre enero y marzo se produjera una contracción de hasta el 0,4%.

Situación precaria

Los analistas subrayaron la precariedad en la que se encuentra el consumo individual y vaticinaron que se mantendrá bajo mínimos a corto plazo debido al influjo negativo de otros datos aparecidos en las últimas semanas. Entre cifras alarmantes de quiebras empresariales, las reorganizaciones que llevan a cabo la mayoría de las empresas para hacer frente a la caída de la demanda y de la producción se han traducido en un avance del desempleo hasta el máximo del 4,9% en enero. En ese mismo mes la producción industrial bajó un 3,9%, su mayor descenso de los tres últimos años, atribuible a la fuerte caída de las exportaciones de semiconductores y automóviles principalmente a causa de la ralentización de la economía estadounidense.

Ante la menor dependencia de la demanda externa a la que tiende la estructura económica nipona, mostrada ya en enero al registrarse el primer déficit comercial en cuatro años. Para relanzar la economía y poner punto final a la interminable crisis económica de Japón, el Gobierno preparó en noviembre de 2000 un paquete de 7,2 billones de pesetas que no pueden ser desembolsados hasta que los presupuestos generales del año fiscal 2001, que comienza el 1 de abril, obtengan la luz verde del Parlamento. Por el continuo desplome bursátil, el partido del Gobierno anunció el pasado viernes otra serie de medidas que incluyen recortes fiscales para los inversores y ayudas a los bancos.