Golpe de mano del Tau

A falta de apellidos ilustrísimos, el Tau se refugió en la cohesión de su plantilla para sorprender al todopoderoso Olympiakos. El conjunto vitoriano, mucho tiempo desahuciado, puede ahora soñar con las semifinales.

El Olympiakos dispone de una plantilla impresionante, que le concede frivolidades tales como jugar con sus suplentes. Éstos se bastaron para voltear a un Tau espeso en el ataque, lento en la defensa y, en general, descolocado. Su impotencia duró los dos primeros cuartos, en los que el conjunto vitoriano llegó a lamentar 16 puntos de desventaja. El Olympiakos no sólo manejaba un juego interior vertiginoso; también destrozaba cualquier acción ofensiva del Tau que no pasara por Corchiani.

Pero el abismo entre unos y otros quedó reducido a nada en el arranque del tercer cuarto. El Tau debió enchufarse a la corriente del encuentro porque abandonó los vestuarios con las ideas claras y el paso ligerísimo. La suficiencia del Olympiakos se atascó frente a la defensa en zona magistralmente interpretada por el quinteto del Tau. El conjunto griego se apresuró a desempolvar a sus titulares, aunque su temperatura nunca alcanzó la del revolucionado Tau.

El grupo de Ivanovic sufrió una transformación impensable: se fijó en Corchiani y permitió que éste le guiara por la cancha. Falto de Radja -ayer desaparecido-, el Olympiakos perdió la perspectiva y una oportunidad de encarrilar la eliminatoria.