Miedo escénico en la telefonía móvil

La telefonía móvil, las telecomunicaciones en general, tienen mañana un duro examen. Orange, la filial de móviles de France Télécom, tiene previsto empezar a cotizar en las Bolsas de París y Londres después de un tormentoso periodo de colocación.

Es una prueba difícil que se seguirá con atención en los cuarteles generales de otras compañías deseosas de vender parte de sus filiales de móvil para financiar las inversiones en tecnología UMTS y participar en el proceso de concentración sectorial mediante el intercambio de títulos. Es el caso de BT, Deutsche Telekom y la holandesa KPN.

La elevada apuesta por la tecnología de tercera generación y la madurez de algunos mercados como España o Italia han abierto dudas entre los analistas sobre el potencial de crecimiento del sector. A esas incertidumbres se añaden en España el incremento de la tasa por uso de espacio radioeléctrico (Telefónica Móviles, Airtel, Amena y Xfera pagarán 100.000 millones de pesetas anuales los próximos 20 años, según lo aprobado por el Gobierno) y el anuncio de que se concederán dos nuevas licencias de móvil este año para las que se piensa utilizar parte del ancho de banda con el que cuentan las operadoras ya existentes. Las tres (Móviles, Airtel y Amena) han anunciado que abrirán litigios judiciales para defender sus intereses. Según un estudio reciente, ambas medidas (la tasa y la introducción de competencia) reducirán los ingresos y el resultado de explotación (EBITDA) esperados por las operadoras un 19% y un 69%, respectivamente en 2006.