Grisolía se saltó el reglamento del CVC para dar la medalla a la Reina

El vicepresidente de la Comisión Jurídica y Reglamentaria del CVC, Vicent Álvarez, para quien la Reina 'no reúne el perfil requerido', fue el más contundente a la hora de protestar ante el presidente Grisolía por el modo con el que había resuelto la concesión de la distinción. Álvarez, en el transcurso de un pleno extraordinario celebrado el lunes, recordó a Grisolía que exisitía un reglamento aprobado por el CVC que obligaba a presentar un razonamiento por escrito de la candidatura y que posteriormente debía ser sometido al pleno. Sin embargo, Grisolía había decidido que el galardón debía recibirlo la reina Sofía 'porque daba prestigio al CVC', incluso se había tomado la licencia de comunicarlo a la Casa Real en base a sus 'atribuciones' de presidente.

Los consejeros recibieron una carta a finales de enero en la que Grisolía les comunicaba que la Casa Real había aceptado el galardón, tras lo cual convocó un pleno extraordinario para someterlo a votación con el objeto de que el próximo 7 de marzo la reina Sofía reciba la Medalla d'Or de la institución en el Palacio de la Zarzuela. Pese a la brevedad del pleno del lunes (apenas duró diez minutos), al que faltaron tres consejeros, el debate acumuló una tensión formidable. Antes de conocerse los resultados de la votación, que fue secreta a instancias de Vicent Álvarez, el escultor Ramón de Soto realizó un discurso revestido de trascendencia en el que alertó de la mala imagen que podía ofrecer la institución si los votos no secundaban la propuesta del presidente. 'Puede ser una afrenta a la Casa Real', advirtió.

Sin embargo, la propuesta recibió el apoyo mayoritario de los consejeros, produciéndose sólo dos votos en contra y uno en blanco. Varios consejeros han manifestado su oposición al modo utilizado por el presidente del CVC para la concesión del galardón de la institución. Sin embargo reconocen que no podían dar un voto negativo a una 'propuesta de esta envergadura'. También criticaron que Grisolía utilizase el procedimiento del pleno extraordinario para dirimir un asunto que estaba liquidado en diez minutos, cuando hace unos días se había realizado un pleno ordinario, 'acarreando un gasto extraordinario de cerca de un millón de pesetas'.

Este periódico trató de localizar ayer, sin éxito, a Santiago Grisolía, quien se encontraba 'a bordo de un avión'.