Ourense rechaza la incineración de reses en su territorio

El Ayuntamiento de Ourense ha advertido a la empresa Sugasa, que gestiona en esa ciudad la única planta de Galicia capacitada para quemar reses muertas, de que debe cesar en esas actividades. La firma carece de licencia municipal para incinerar vacas y sólo tiene un permiso para fabricar grasas animales y tratar pieles y cueros. Las protestas de los vecinos más próximos a la planta, en las afueras de Ourense, han obligado al Ayuntamiento a pedir a Sugasa que se atenga a las actividades autorizadas.

La empresa se dedicaba originalmente a la fabricación de curtidos hasta que la Xunta llegó a un acuerdo con ella para convertirla en la única planta de incineración de reses de Galicia. En las últimas semanas, Sugasa se ha visto desbordada por el gran número de cadáveres. A finales de diciembre, el horno crematorio sufrió una avería, y ante las protestas de los vecinos por la fetidez que desprendían las reses amontonadas, la Xunta decidió enterrarlas ilegalmente en una mina abandonada de Mesía (A Coruña).

Tras del hallazgo de ese vertedero, el Gobierno de Manuel Fraga consiguió que la Generalitat de Cataluña aceptase quemar en unos sus hornos vacas procedentes de Galicia. Pero Sugasa sigue sin ser capaz de atender la demanda: la planta de Ourense estaba ayer inactiva y en su interior se amontonaba más de un centenar de cadáveres. De hecho, ante la falta de licencia municipal y las denuncias vecinales, el concejal de Medio Ambiente de Ourense, Enrique Novoa, del PP, ha advertido a la empresa de que debe cesar en sus actividades.