Misión humanitaria

¿Es el asunto de la inmigración por el estrecho de Gibraltar una cuestión de emergencia? Desde algunas instancias así se ve, pues no podríamos interpretarlo de otro modo tras la petición de la Junta de Andalucía de que el Gobierno de Aznar envíe al Ejército para la atención en primera instancia de esos inmigrantes que llegan a nuestras costas. Como en los casos de Bosnia, Albania o Kosovo, territorios machacados por guerras, el Consejero de Gobernación, Alfonso Perales, reclama que el Campo de Gibraltar sea considerado como Sarajevo o cualquier otra ciudad balcánica a los efectos de que el Ejército actúe como hospital y como asistencia primaria.En estos momentos ninguna institución, ni autonómica ni estatal, salvo la Guardia Civil, está presente y actuando ante la oleada de inmigrantes que están llegando a Tarifa y otras ciudades costeras. Este masivo movimiento de gentes africanas está costando muertes en el mar, constantes concentraciones de personas en gimnasios municipales o en la calle y aumento del mercado negro de mano de obra. Sólo la Cruz Roja, algunas ONG y gentes particulares están interviniendo ante este peculiar paso del estrecho. La cuestión es si debemos considerar este fenómeno como algo extraordinario o bien como un hecho que va a seguir estando presente en las próximas décadas en nuestra frontera Sur. Si creemos que es algo extemporáneo y anormal, bien venido sea el Ejército, e incluso la Legión. Como en Kosovo, asistiríamos a una ayuda humanitaria en este caso sin previa intervención militar. Pero, si pensamos que esto va para largo, es obligatorio demandar al consejero de Gobernación, persona encargada en la Junta de Andalucía de estos temas, y al ministro del Interior la responsabilidad y voluntad política para coordinar entre ambos una intervención civil, sostenida y eficaz que dé respuesta a tal problema. Dejar en manos del Ejército la resolución de la ayuda al inmigrante es convertir en extraordinario lo que es una cuestión de gobierno diario de una sociedad. La masiva inmigración que llega a España debe formar parte ya de los Presupuestos generales de la comunidad autónoma andaluza y del Estado español.