Los armadores de Isla Cristina están con "la moral por los suelos"

El amarre de la flota de Huelva afecta a 32 barcos, seis de ellos de gran tamaño, y a 320 marineros. Los buques permanecen amarrados a los puertos de Isla Cristina, Lepe, Huelva y Punta Umbría, y el desánimo ha cundido entre los representantes del sector. Sebastián Carrillo, presidente de los armadores de Isla Cristina, reconoce que a estas alturas "la moral está por los suelos". "El ministro de Pesca ha dicho que habrá que desguazar barcos y los ánimos se han venido abajo", se lamentó. Carrillo aseguró que por la costa andaluza "está entrando mucho pescado de fuera y España va a pasar a importar pescado".Ante las malas perspectivas, algunas empresas han comenzado a buscar alternativas. Mariscos Rodríguez trasladó hace dos meses a los caladeros de Angola al buque Cefalópodos, que siempre había trabajado en Marruecos. "Era económicamente insoportable tenerlo amarrado. Un buque no puede estar detenido, porque se deteriora muchísimo" explicó un portavoz de la compañía. Poner un barco en la mar tras un paro prolongado cuesta unos dos millones de pesetas en reparaciones, según Carrillo.