Detenido un camionero ludópata que simuló un robo con intimidación y secuestro para pagar deudas de juego

Un hombre de 30 años, Jesús M. P., ha pasado a disposición judicial acusado de simular un robo con intimidación y secuestro. El móvil de su acción fue conseguir dinero para pagar las deudas contraídas por su afición al juego. La investigación se inició el pasado 2 de noviembre tras la denuncia realizada por Jesús M. P. ante la comisaría de Usera-Villaverde en la que manifestó que había sido víctima de un robo con intimidación y secuestro durante cinco horas por parte de tres desconocidos. Según la denuncia, estos hombres, a punta de navaja, le abordaron cuando estaba parado con su camión en un semáforo en la zona de Arroyo. Posteriormente, prosigue el relato, los delincuentes le obligaron a desplazarse hasta las inmediaciones de un hotel cerca de Mercamadrid donde se apoderaron de las 150.000 pesetas que llevaba. Después, según su relato, dos de los delincuentes abandonaron el lugar mientras que el tercero le ataba las manos y se quedaba con Jesús M. P. en la cabina del camión. Pasados 45 minutos, dice la denuncia, los dos primeros aparecieron de nuevo y, bajo amenazas, emprendieron el viaje hasta Getafe para volver a Mercamadrid. Allí, en un descuido de los secuestradores, la víctima consiguió abrir una puerta del camión y huyó.

Mientras que Jesús M. P. formulaba la denuncia, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía le comunicaron que su camión había aparecido debajo de un puente en la avenida de San Martín de la Vega, y que la cabina había quedado calcinada. La policía dudó desde un primer momento de la veracidad del relato por las numerosas contradicciones del mismo.

Los policías averiguaron que el denunciante era aficionado a los juegos de azar y asiduo cliente de los salones recreativos, por lo que todo apunta a que la simulación del delito se debe a posibles deudas de juego. El pasado miércoles, Jesús M. P. reconoció en su declaración que padecía una ludopatía. Simuló un atraco para justificar ante su empresa el dinero que se había gastado y, según dice, el camión se incendió fortuitamente al quemar unos papeles.